Diálogo 2

Situación:

Eva ha estado trabajando durante varias semanas en casa de Enrique. Le resulta un poco difícil su nueva situación laboral al estar fuera de su entorno y lejos de su familia. Por este motivo, Juana se reúne con Enrique y Eva, para hablar de sus problemas y encontrar una solución.

Personajes:

Juana: gerente de la empresa de trabajo personal de la ciudad

Eva: auxiliar de geriatría; es originaria de la República Checa

Enrique: paciente 

Lugar:

Juana, Eva y Enrique quedan en un café de la ciudad.

Juana: Buenos días Eva. Buenos días Enrique. Me alegro de estar aquí, todos reunidos. Enrique, como ya hemos hablado, me gustaría aclarar ciertos puntos. Después de la llamada de Eva, estoy contenta de que todos hayamos encontrado un hueco para venir. Eva, por favor, ¿puedes decirnos por qué estás tan deprimida?
Eva: Pues, me cuesta mucho familiarizarme con el trabajo; y hecho de menos a mi país y a mi gente. Y por mucho que me esfuerzo, no consigo adaptarme. Y además, tengo la impresión de que se me controla todo el tiempo, y de que no se tiene confianza en mí.
Enrique: Eva, siento mucho que eches en falta a tu familia. No lo sabía, ¿por qué no me lo dijiste?
Eva: No sé.
Juana : Eva, quizá puedas contarnos tus inquietudes para que podamos encontrar una solución.
Eva: Es que como entiendo muy poco, pues a veces cuando hay un malentendido, yo no sé qué decir. Enrique no me entiende y entonces levanta la voz muchísimo. Y luego también por las tardes me siento muy sola.
Enrique : Eva, perdona pero no deberías tomártelo tan a pecho. Se trata de falta de audición y bueno, también de mi carácter. Yo estoy muy contento contigo. Y aunque mi hijo se esfuerza mucho por cuidarme, necesito tu ayuda.
Juana: A lo mejor necesitas más tiempo para acostúmbrate a todo. Tómate tu tiempo.
Eva: Si a mí el trabajo me gusta, pero como no hablo bien español y también soy muy reservada, pues, eso crea dificultades. Y también me cuesta conocer gente nueva. Sólo conozco a Enrique. Y las conversaciones con él son muy breves.
Enrique: Mira Eva, lo primero que vamos a hacer es poner Internet en casa. Así podrás hablar con tu familia todas las veces que te apetezca. De esa manera, lo mismo te sientes menos nostálgica. ¿Qué te parece?
Eva: ¡Me parece genial, la verdad!
Juana: Enrique, cuando hablamos por teléfono me comentaste que querías hablar de algo más, ¿no?
Enrique: Sí, me parece importante que Eva me consultara sus dudas, porque a veces sólo me contesta “sí” o “no”, pero nunca me pide explicaciones. Yo creo que o no me entiende o no quiere hablar conmigo.
Juana: Voy a proponeros algo. ¿Por qué no escribís algo corto sobre vosotros, vuestra familia, gustos, aficiones, etc..,? Luego cada uno puede leérselo al otro. Así os empezareis a conocer mejor. ¡Seguro que incluso tenéis intereses comunes! ¿Qué os parece?
Eva: Suena bien, ¿no?
Enrique: A mí también me parece muy bien. Yo creo que desde ahora todo irá mejor.
Eva: Seguro, seguro que todo va a mejor. Gracias a los dos.
Juana: De nada, Eva. Estamos aquí para ayudar. ¡No lo olvides!
Eva: Vale.
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